DÍA 4

16-04-2009

 

El cansancio empieza a hacer mella. A las chicas hoy les ha costado levantarse, y por poco no llegan tarde al trabajo. Acabo de escribir la frase y no me gusta. Cambiaremos la palabra «trabajo» por MISIÓN que expresa mucho mejor la realidad.

En los chicos, el huerto y la iglesia los tiene con los huesos y los músculos doloridos. Pero una buena comida y una ducha reconfortante nos alivia para seguir.

Y no les falta ánimo. Además de las clases de español en las que ayudamos, Miguel se ha decidido a ayudar en las clases de inglés: ánimo no le falta, y valor tampoco. ¿Qué más se puede pedir?

Hemos tenido que despertar de la siesta a las chicas con un secador de pelo, dándole aire en la cara. ¿Cómo pueden dormir tanto? Además nos han pedido cambio de habitaciones. Bueno, para que no se quejen y vean que hay igualdad, les haremos caso, y dejaremos que duerman en los sofás.

Por la tarde hemos estado con Mustafa. Este hombre de la calle ha sido acogido por los hermanos franciscanos. Come con las Hijas de la Caridad, y cena y duerme con en los locales de la parroquia. Él ha sido el encargado de enseñarlos la Medina, en barrio céntrico de Larache, típicamente árabe. Hemos recorrido sus callejuelas estrechas, ver a sus gentes, sus casas; hemos tenido la suerte de poder visitar una pequeña mezquita en obras. Y nos ha llevado a lo que era su «casa»: una habitación muy pequeña sin luz, sin agua, sin baño, y con un techo en el que se amontonan quilos de basura. 

Al regreso a la parroquia nos ha contado su vida, sus vicios que les llevaron a la cárcel, sus estudios, y su alegría y felicidad por estar ahora como está. Quizá sea por deformación profesional, pero me quedé con un detalle. Cuando se le preguntó que dijera lo mejor que le había pasado en su vida, la respuesta fue escueta: estudiar, cosa que hizo en la cárcel.

Estábamos cantando en el patio, cuando ha aparecido Paola, una joven italiana cooperante con los franciscanos, acompañada de Gideon, un joven de Ghana. Ha venido a disculparse por no haber podido asistir a la misa de Pascua. Se sienta con nosotros y nos cuenta su vida. Es un emigrante que pensaba que Marruecos podría ser su paraíso para salir de la pobreza. Su realidad es como la de otros muchos: sin nada, sin trabajo, sin dinero. Pero es feliz. Se busca a sí mismo y está convencido de que Dios es su guía, su plenitud; gracias a su fe sabe que saldrá adelante y se abrirá camino en su vida.

El sentimiento y la pasión lo invaden. Un testimonio de Dios. Una persona que soporta las máximas dificultades con fe intensa, con esparanza y alegría. Algunas lágrimas brotaron con este impresionante testimonio.

Después de la cena, de nuevo en la iglesia compartimos un momento de bella oración con un signo precioso. Cada uno ha escogido un texto del evangelio de entre los que había allí. Después de una breve reflexión, hemos leído el texto y hemos expresado lo que nos ha hecho sentir.

Ya hay mucho cansancio acumulado, pero aún tenemos tiempo para el buen humor. Reunimos al grupo y les comunicamos muy seriamente que dos de ellos han decidido quedarse en Larache con los franciscanos. Hay sorpresa y alguno se asusta porque piensa que vamos a elegir nosotros a los dos que se van a quedar. En ese momento Sergio y Juan Alberto aparecen vestidos con el hábito franciscano. Captan todos la broma, y nos reímos bien a gusto.

Es el momento de retirarse a dormir, hoy con una sonrisa. Cuando ya están prácticamente acostados, aparecemos los dos profesores también vestidos con los hábitos. Nos paseamos por las habitaciones con una campanilla en medio del jolgorio general. Seguro que algunos preferirían que fuéramos nosotros los que nos quedáramos en Larache, pero de momento ¡no lo van a conseguir!

Hoy ha sido un día importante, del que pueden haber aprendido muchas lecciones para la vida. Ojalá sea así.

Respuestas

  1. que día tan duro!! Por poco no lo aguanto, más completo no pudo ser.
    El trabajo en el campo durísimo, pero conseguimos terminarlo.
    El paseo con Mustafa y su testimonio fantástico.
    Y la clase de INglés más dura de lo que yo pensaba, pero me algro de haber participado.

  2. Que conste que no eramos las chicas las que dormiamos porque Enrique y Andrés son chicos y también hacían la siesta con nosotras!!

  3. Para mí, una de las mejores cosas de este día fue el testimonio de Gedeon. Nos iba contando sus peripecias para poder llegar hasta allí. A pesar de las graves dificultades que ha padecido, contaba cómo en todo momento ha sido su confianza en Dios, el saberse en sus manos, lo que le ha ayudado a seguir adelante. ¡Impresionante su testimonio de fe! Un hombre que, literalmente, sólo tiene a Dios. Y eso le basta…

  4. Maravilloso el testimonio de Mustafá, y también maravilloso el recorrido que nos hizo por las calles de la Medina de Larache. Fue como entrar en un mundo diferente.
    Después tuvimos el testimonio de Gideon, el joven de Ghana. ¡Cuán duro ha sido su viaje desde su país hasta Marruecos! ¡Cuantísima ilusión y sueños llevaba en su interior! A pesar de las adversidades por las que ha tenido que pasar, él sigue adelante en compañía de su fe en Dios. Un testimonio en toda regla.


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