Decálogo

ANALIZANDO LA POBREZA

Muchas veces tenemos un concepto erróneo de la Pobreza, pensamos que la pobreza es sólo algo material, algo que se puede solucionar con un poco de ayuda a través de una ONG, unos apadrinamientos, un proyecto de creación de un aula todos podemos poner miles de ejemplos de soluciones a lo material que hacemos continuamente en nuestras parroquias. En esta experiencia nos encontraremos con bastantes necesidades materiales, incluso estando con los misioneros. Creo que debemos ir mas allá de esa pobreza material, que desde luego es muy necesaria y no debemos de dejar de seguir apoyando y preocupándonos por mejorar esa situación creada muchas veces por nuestro primer mundo y nuestra sociedad. Nos encontraremos allí con una pobreza distinta a la material como la pobreza de la exclusión social, de la marginación, de la discriminación de sexos, del abandono, de la pobreza cultural, de la pobreza espiritual Es una pobreza que hace que el ser humano no se sienta parte de este mundo, provoca una pobreza de espíritu que hace que la vida humana no tenga ninguna esperanza. Cuando nos encontremos allí nos daremos cuenta de que solo lo material es lo único que nos hace diferentes a ese país, ya que otro tipo de pobreza lo vivimos continuamente en nuestro día a día. Nos sentimos excluidos por nuestra espiritualidad, somos diferentes si no vamos a la moda o si optamos por un estilo de vida diferente a la de los demás etc… Pero lo mas importante es que aunque nosotros nos sintamos parte de esta clase de «pobres» también hacemos pobres a los demás con ciertas situaciones.

¿QUÉ ACTITUDES O POSTURAS ADOPTAMOS ANTE LA POBREZA?

Pensar en preocuparse solo de uno mismo. Es decir, perderse en las cosas de uno, muchas veces decimos «pues bastantes problemas tengo yo ya con el trabajo como para irme a Marruecos una semana o ya yo estoy harto de la parroquia como para vivir con unos curas y escuchar lo mismo «. Tranquilizar la conciencia. Nos limitamos a callar esa voz que esta dentro de nosotros haciéndonos socios de alguna ONG, acudiendo a algún acto parroquial donde nos acordemos de ese proyecto que la parroquia tiene en el quinto cuerno y que yo aporte mi paga o no actuando en un problema concreto que tiene el que está a mi lado. Bloquearse. Pensar que todo esta perdido, decir ¡esto no tiene solución! Indiferencia. Muchas veces como mecanismo de defensa, quizás por no dejar actuar en nosotros la mano de Dios, porque sabemos que si le dejamos, cambiará nuestra vida por completo. Desconfianza. En esta sociedad se nos hace desconfiar en todo y de todos.

DECÁLOGO DEL MISIONERO

En lo humano:

  1. Escuchar: la mejor escuela del misionero es la vida y la gente. Un buen misionero no se cansa de aprender.
  2. Acoger: el centro de todo es la relación con la persona que tenemos delante en cada momento.
  3. Solidarizarse con el pobre: caminar y comprender a su pueblo.
  4. Resistir: saber aguantar situaciones difíciles.
  5. Esperar: ser pacientes, adaptarse al ritmo de cada persona.

En lo cristiano:

  1. Creer en el Dios de la Vida: sin fe ni amor en Cristo, no hay misión. Él es el que nos envía.
  2. Amar sin condiciones: optar por los pobres, sin condiciones. 
  3. Orar: en la escucha de la Palabra de Dios se ayuda a construir el Reino.
  4. Asumir la Cruz: misión, cruz y misionero forman un trío inseparable.
  5. Ser coherente: la credibilidad se asienta en el testimonio.

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